Cuando el viento cambia de dirección, unos construyen muros, otros construyen molinos. Antiguo proverbio chino.
Cada entrenador tiene una forma diferente de enseñar, uno de los principios básicos tendría de ser: el desarrollo de los jugadores.
Creo que el entrenamiento que conduce al aspirar a lo mejor de uno mismo, muy diferente del querer ser el primero, es la consecuencia del trabajo del equipo, el día a día. Desde el entusiasmo, perseverancia, deseo, trabajo, estudio, investigación, innovación, paciencia y ser buena gente.
El pensamiento diario, a nivel de preparación y realización de entrenamientos debe de incidir en las cualidades mencionadas anteriormente, dándole una especial relevancia a la innovación/creatividad.
Veo y oigo muchos comentarios sobre entrenadores, en que su única preocupación es ganar, y conseguirlo como sea. Tengo muchas dudas si esta tipología de entrenadores llegarán a conseguir, ser lo mejor que puedan.
A los jugadores, actualmente, les atraen los entrenadores que se preocupan por su formación deportiva y fuera de las pistas.Los jugadores necesitan un entrenador para que les guíe y enseñe a conseguir lo mejor de sí mismos, a partir de que sean capaces de ser creativos.Si el jugador es creativo en momentos de dificultad tendrá capacidad para ser valiente y no conservador, es decir, construirá molinos para aprovechar el viento y no muros para continuar haciendo lo mismo.
¿Cómo enseñaremos a los jugadores a conseguir lo mejor de sí mismos, si uno mismo no aspira a lo mismo?.
A diferencia de la mayoría de los entrenadores que tienen por objetivo enseñar lo que saben, debemos enseñar a producir cosas diferentes,
Los entrenadores debemos crear una atmósfera de entrenamiento.Al desarrollar y apoyar a nuestros deportistas. Phil Jackson
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP!!!
Como todos los que seguís el Blog Viveelbasket sabéis he vuelto a ser entrenador en activo desde el día 6 de febrero fecha en la que me hice cargo del equipo Deza Maristas de la Primera Nacional Femenina de Andalucía.
En los dos meses y medio que llevo entrenando todas las vivencias que ya tenía guardadas como entrenador de baloncesto han florecido de nuevo en mi, incluso diría que ampliadas y enriquecidas al haberme sumergido en el baloncesto femenino, que dicho sea de paso aunque lo seguía como espectador ha supuesto una nueva experiencia para mi, pese a que en mis inicios tuve un leve contacto con él.
En este tiempo todo ha ido muy de prisa, sustituir a un compañero y además amigo en plena competición no es fácil, hay que tener la mente fría y actuar con sensatez porque no se trataba de entrar como “un elefante en una cacharreria” y romper con todo lo anterior por eso mi primera medida fue tener unas conversaciones tanto con el equipo como con el preparador físico y segundo entrenador, para intentar conocer mejor el sentir y la situación del equipo y con ese conocimiento previo sentar las bases para intentar ir metiendo poco a poco mi impronta y mi filosofía de juego pero aprovechando el trabajo anterior realizado.
Desde el primer momento “las mariposas y el cosquilleo típico de los entrenadores” han vuelto a renacer en mí, ilusión por planificar el plan semanal y los entrenamientos diarios, ilusión por vestirme de corto y disfrutar en la cancha con los entrenamientos intentando enseñar aspectos técnico-tácticos y mejorar a cada jugadora, ilusión por corregir conceptos, ilusión por buscar la mejor manera de comunicarme con las jugadoras, por buscar el feeling y la empatía con el equipo a nivel psicológico, emocional y vivencial.
Son bonitos los viajes en autocar donde la convivencia alcanza yo diría su máximo esplendor, esas horas juntos te ayudan a conocerlas mejor, ves la alegría del grupo, sus bromas, sus charlas y hasta sus gritos que en la ida suelen ser similares y en la vuelta si se consigue la victoria se llenan de intensidad y euforia y si se pierde el silencio se nota más. Esos bocatas en el camino, esas prisas por no llegar tarde al pabellón, esa meticulosidad porque todos los detalles estén a punto, etc.
En el plano propio del entrenador la cabeza te da vueltas, ¿que ideas pongo en práctica para revertir la situación?, ¿qué defensas pongo en práctica? ¿qué jugadas meto nuevas? ¿que cinco inicial saco? ¿Cómo establezco las rotaciones? ¿como consigo tener motivadas a todas? ¿que les digo a las que juegan menos minutos para que no se desanimen y sigan enganchadas? ¿que medidas tomo aunque sean impopulares para que seamos un equipo de verdad en todas las situaciones?
Llevo siete partidos oficiales con el equipo afortunadamente hasta el momento los resultados nos han acompañado (seis victorias y una derrota), pero pese a la edad y a mi supuesta experiencia siempre me acompañan los nervios antes de los partidos, esa soledad del entrenador en los momentos previos mientras que las jugadoras calientan con tu entrenador ayudante se hace muy larga, en ella como siempre hago repaso mentalmente el plan de partido, si se me ha olvidado algo para recordarlo antes del inicio de partido en ese minuto previo al salto inicial, intentas pensar en que cinco inicial sacas pensando también en el que puede sacar el rival, repasas el plan B y hasta el plan C, “siguen las mariposas y las cosquillas invadiéndote”, hasta que el balón se pone en juego que es cuando te metes de lleno en el partido y matas de alguna manera esa tensión nerviosa previa, muchas veces nada de lo que habías pensado se cumple y sobre la marcha tienes que cambiar cosas intentando que la concentración y la intensidad de tu equipo no baje un ápice y se mantenga al máximo, algunas veces quizás las menos el plan establecido se cumple en su totalidad y te sientes el entrenador mas feliz del mundo, todo parece tener sentido y no conoces mayor felicidad, pero el lunes al volver a los entrenamientos todo vuelve a empezar, no puedes sacar pecho porque a lo mejor a la semana siguiente llega el equipo rival y te lo hunde. Hay que seguir, esto no para, primero quedar lo mejor posible en la Fase Regular, luego pasar Octavos de Final, luego luchar por los Cuartos de Final (en eso estamos), luego……lo que el destino nos depare, pero con la conciencia tranquila de haber dado todo lo que ha estado de nuestra parte.
No todo ha sido fácil, no todo ha sido hasta el momento idílico, indudablemente siempre hay obstáculos a superar en esta profesión y en este duro camino, las chicas no son profesionales, tienen otra vida (estudios, trabajos, familia, parejas, etc), no es fácil buscar días y horarios de entrenamiento para todas, cuando nos ponen un partido entre semana nos cuesta la misma vida poder compaginar todo, mas si es fuera de casa, pero algunas se sacrifican cambiando turnos de trabajo, otras cambian fechas de prácticas, algunas incluso faltan a clase de la Universidad, otras que vienen de pueblos cercanos a entrenar hacen muchos kilómetros y llegan a sus casas a horas intempestivas y al otro día tienen que madrugar para trabajar y allí estamos nosotros como entrenadores exigiéndoles quizás demasiado y como si el baloncesto fuera lo mas importante del mundo.
Creo que por eso debemos contar hasta diez y no todo vale, “nuestras cosquillas no tiene porque ser la de los demás”, no todo el mundo vive con la misma pasión el baloncesto, los entrenadores a veces nos pasamos en ese sentido, pensemos que hay quién juega por disfrutar, quién juega por llegar a la élite, quién juega porque en el equipo están sus amigas, quién juega para mantenerse en forma física, quién juega por ser campeona de todo y ser competitiva es lo máximo y quién juega por inercia y no sabe muy bien por qué.
Aunque no todo ha sido un camino de rosas, afortunadamente cuento con un grupo de jugadoras que con su esfuerzo y trabajo me hacen ilusionarme en casi todas las sesiones de trabajo (algunas veces aflojamos un poquito, todo hay que decirlo), pero en la mayoría de los casos ellas vienen a diario a trabajar con ganas e ilusión a pesar de tener que aguantar mi insistencia y pesadez, por eso llego con ilusión a cada entreno y cada partido y ellas “mis espartanas “ como yo las llamo, son las auténticas responsables de que de nueva sienta “las típicas cosquillas del entrenador de baloncesto”.
Entrenador Superior de Baloncesto
En mis inicios como entrenador, hará unos 32 años , y desde el total desconocimiento de la gestión de grupos, planificaciones, estrategia, táctica colectiva.Empecé a entrenar a jugadores en edad infantil, con muy pocos recursos de información sobre el trabajo técnico a realizar, y siendo autodidacta en su máxima expresión.
Eran muchas horas, especialmente en épocas de vacaciones escolares, de entrenamientos espartanos en cuanto a su duración y exigencia, llegábamos a entrenar 3 horas diarias seguidas en una pista descubierta, con el condicionante climático tanto en verano ( medias de 36º ), y en invierno ( entre -3º y 6º ).
Eramos como las hormigas, que si les pones un obstáculo jamás se quedan paradas, al contrario, intentan superarlo por la derecha, por la izquierda, por arriba, por abajo, y no paran hasta que lo consiguen.
Una de las normas que teníamos era que cada jugador tenía 1 balón durante la mayor parte del entrenamiento, y automatizábamos sin ser conscientes de que nos llevaba a la desautomatización del gesto técnico.Nuestra gran obsesión era la mejora individual de todos los jugadores, sin ningún tipo de distinciones y con la misma exigencia.
Queríamos que nuestros jugadores evolucionaran individualmente, visto con perspectiva, incidíamos tanto en la mejora individual debido al desconocimiento táctico del juego;veníamos de ser jugadores de futbol hasta los 18 años, y no entendíamos de cuestiones tácticas en cuanto al baloncesto.
Teníamos que evolucionar para poder sobrevivir, en un pueblo donde había muchos deportes y algunos de un nivel muy alto.Esta rivalidad nos llevó a la mejora permanente y contínua, los niños que jugaban al baloncesto se lo tenían que pasar muy bien, de esta forma continuarían jugando y con su boca a boca, tendríamos más niños, como así fue
Hace uno días hablaba con un conocido sobre nuestra época de estudiantes, recordando anécdotas referentes de los profesores y otros compañeros que estudiaron con nosotros.
La conversación se fue encaminando hacia las experiencias que tuvimos en el día a día durante aquellos años, desde hablar de un profesor hasta de antiguos alumnos.Era curioso que fuimos catalogando a la gran mayoría de profesores en base a lo que nos gustaba más o menos por el aspecto que tenía en su día aquel profesor, por su forma de vestir, su forma de mirarnos; estábamos hablando de las etiquetas que pusimos a los profesores en su día, y que continuaban vigentes en nuestros pensamientos.
Las personas no llegamos a plantearnos que hay muchas distorsiones en nuestra forma de ver, por lo que creemos que lo que nosotros vemos es lo que es.
Tenemos la mala costumbre de ir colocando sambenitos, evidentemente que hay gente que se lo merece la forma en la que está catalogada, pero tal vez, si tuviéramos la capacidad de ver otros aspectos valiosos de aquellas personas, mejoraríamos como seres humanos.
Por lo tanto, tendríamos que tener presente que la percepción es un fenómeno subjetivo que viene determinado por la experiencias que hemos tenido y que son las que dan un significado a lo que vemos.Miramos a los demás a través de nuestros pensamientos/paradigmas, pero esto no nos da la verdad absoluta, y en ocasiones no nos permite evolucionar en comprender mejor la realidad.
Evidentemente podríamos extrapolarlo al deporte.
”No me cuentes tus opiniones como si fueran los hechos.Cuéntame los hechos y deja que yo saque mis propias conclusiones “.
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP!!!
Era el año 1984, en concreto, cuando se celebraban los JJOO de Los Angeles, él venia del mundo del futbol, pero era aquel tipo de adolescente al que le gustaban mucho los deportes en general, por lo tanto, cuando había eventos como unos JJOO era ideal para seguir la gran mayoría de las competiciones.
Una madrugada viendo un España contra USA, correspondiente a la primera fase de la competición, despertó un interés muy grande por el baloncesto. Le gustó mucho lo que se veía en aquella competición, evidentemente, ayudó el juego y resultados que estaba obteniendo la selección española.
Jugaban jugadores como: Michael Jordan, Pat Ewing, Chris Mullin.. entrenados por un tal Bobby Knight; por Yugoslavia: Drazen Petrovic, Dalipagic, Radovanovic; y por España, entrenada por el entrenador que años después empezó a ser la referencia para él, igual, que para muchos otros entrenadores: Antonio Díaz-Miguel.
Díaz-Miguel fue un innovador en el baloncesto europeo, influido por la corriente americana, tenía contacto directo con los mejores entrenadores de las universidades americanas.El juego de la selección española era similar al que realizaban los jugadores americanos, pero había una gran diferencia física a nivel atlético; la idea, la esencia del juego era aquella intensidad defensiva que les permitía recuperar balones para correr al contraataque, lo que convertía el juego en un deporte atractivo para verlo.
La semifinal contra Yugoslavia fue espectacular, dos propuestas de juego un poco diferentes: una donde predominaba la intensidad defensiva, el contraataque, el ritmo ofensivo y la otra en la que sobresalía el talento técnico/táctico individual desde la no limitación del juego.
Pasados los JJOO, el adolescente que había jugado a futbol, empezó a jugar al baloncesto, con la idea sencilla: de que si hacíamos algo que a nosotros nos gustaría ver, otros querrían verlo.
Le impregnó: el dinamismo, intensidad, la fuerza, el tiro, el contrataque, el amenazar continuamente el aro etc.
¿Qué quiere decir sólo corren?
I’m afraid to jump: jump!!!
Podemos observar que hay un predominio de la ejecución sobre la percepción y la decisión de los jugadores.Trabajamos las habilidades motoras, la técnica; la aprendemos mediante el ejercicio prestablecido, automatizamos a través de la repetición; en principio, la idea tendría que ser de automatizar para desautomatizar.
¿ Y el proceso decisional ?: será el que nos hará elegir la acción más adecuada para obtener el mejor resultado y con la combinación de acciones individuales de dos o más jugadores, conjuntamente con la técnica individual, nos llevará a la mejora del aprendizaje para fortalecer el conocimiento del juego.
Debemos crear jugadores de baloncesto, a partir de una metodología clara y concisa, donde predomine los conceptos del juego ,y no los ataques posicionales sólidos; los ataques posicionales deben ser líquidos, es decir, más difíciles de controlar, más imprevisibles.
Para construir ataques donde predomine la “imprevisibilidad” debemos entrenar a los jugadores para que piensen por sí mismos, de esta forma, serán capaces de tomar decisiones con un elevado porcentaje de ejecución.
”El basket es un juego de equipo en el que gana el que tiene mejores iniciativas individuales “. Franco Pinotti.
I’M AFRAID TO JUMP: JUMP!!!